España es el país con mayor biomasa de restos de podas.
Gracias a las replantaciones del olivo, vid y frutales, España está a la cabeza en este sector. El gran problema es que no se está aprovechando este recurso en la manera que se debiera no solo por la explotaciones agrícolas sino también por el sector agroalimentario.
España genera cerca de 10 millones de toneladas de restos de podas y renovación de plantaciones, principalmente vid, frutales y olivo.
Las comunidades donde se concentra este potencial son:
Andalucía y Extremadura por el olivo, Comunidad Valenciana por el cultivo de cítricos y Castilla y León por la presencia de viña, frutal y olivo. Aragón llega a generar cerca de 250.000 toneladas por motivos de podas y replantaciones.
Toda esta cantidad de biomasa no se está aprovechando. Gran parte de esta biomasa o es quemada o proceden a su picado y queda en el suelo. El problema radica en la dificultad en la cadena de suministro y en la conversión energética.
Este tipo de biomasa podría ser enfocado al sector industrial como pueden ser granjas, industrias agroalimentarias o industrias de energía térmica.