Vuelve a cerrar otra planta de biomasa, esta vez en la provincia de Huesca.

La planta de pellet ubicada en la población de Ansó cierra por no ser lo suficientemente rentable.
La empresa estaba gestionada por la multinacional francesa Veolia (antigua Dalkia). Esta empresa participaba con un 70% el 30% restante pertenecía a la mancomunidad forestal Ansó-Fago.
El cierre de la empresa arrastra el despido de los últimos cinco trabajadores. Aunque en un principio se preveía un total de unos 20 trabajadores, nunca llegaron a crearse. Arrancó sólo con 11 y fue descendiendo conforme iba cayendo la demanda de pellet.
Según palabras de la alcaldesa de Ansó “ Los números no salen” Para que hubiese sido rentable, se debería haber fabricado 10.000 toneladas anuales y no las 4.500 toneladas con las que cerró este año.

La inversión ascendió a los 4 millones de €. 600.000€ fueron aportados por ayudas públicas del gobierno de Aragón.
El proyecto incluía una planta de gasificación de biomasa para generar energía eléctrica pero este proyecto nunca llegó a arrancar.
Uno de los principales problemas que han llevado al cierre de esta planta de biomasa ha sido la falta de materia prima ya que se ha limitado su extracción. La legislación de plagas impide sacar madera del 15 de Abril al 15 de Agosto, precisamente cuando las condiciones meteorológicas eran más favorables y esto obligaba a la empresa a comprar la materia prima de fuera. El otro problema se encontraba en la comercialización, ya que esta se ha visto mermada por la bajada del precio del gasoil.
En la empresa se prefiere hablar de suspensión temporal de la actividad ya que en un futuro sea posible volver a reabrir en continuar con la actividad. Por eso no se prevé la venta de las instalaciones ni la maquinaria.

La alcaldesa dijo que se volverá a abrir porque confía en el repunte del sector de la biomasa.